A orillas de la emblemática Laguna de Guatavita, cuna de la leyenda del Dorado, este municipio combina misticismo, arquitectura tradicional y una oferta turística en constante crecimiento. Su renovado casco urbano, con casas blancas, balcones de madera y calles empedradas, se ha convertido en un atractivo por sí mismo, ideal para recorrer a pie y disfrutar de su atmósfera tranquila.
Más allá del relato mítico, Guatavita ofrece experiencias culturales únicas. Los visitantes pueden recorrer el Museo Indígena, que narra la historia del pueblo muisca y sus rituales, o participar en recorridos guiados hacia la laguna, donde guías locales explican el significado espiritual de este lugar sagrado. En las inmediaciones también se pueden realizar paseos en bicicleta, cabalgatas y recorridos ecológicos, así como visitar cultivos de trucha, flores y productos orgánicos.
La gastronomía es otro de sus grandes atractivos. Guatavita ha desarrollado una variada oferta culinaria que combina lo tradicional con lo contemporáneo: desde el clásico ajiaco santafereño y la trucha al ajillo, hasta platos gourmet elaborados con ingredientes locales. Además, cada fin de semana el municipio organiza ferias artesanales y culturales que promueven el trabajo de artistas y productores locales.
Gracias a su cercanía con Bogotá y su diversidad de experiencias, Guatavita se mantiene como uno de los destinos más completos de Cundinamarca: un lugar donde la historia ancestral, la naturaleza y la cultura se unen para ofrecer una experiencia inolvidable.
