Un total de 13 personas fallecidas, 19 viviendas destruidas, 528 casas afectadas y 604 inundadas, fue el balance que dejó la primera temporada de lluvias del 2017 en Cundinamarca, así lo dio a conocer el director de la Unidad Administrativa Especial para la Gestión del Riesgo de Desastres de Cundinamarca, Uaegrd, Wilson García Fajardo.
“El aumento en los caudales de los ríos Negro, Magdalena y Bogotá, causó inundaciones en los sectores ribereños de estas fuentes hídricas, con un saldo de 1.386 familias afectadas, quienes recibieron ayudas humanitarias de manera oportuna y bonos para combustible para adelantar trabajos de rehabilitación de desastres, entregadas por funcionarios de nuestra Unidad para Gestión del Riesgo” afirmó el jefe de la unidad.
También se presentaron deslizamientos que ocasionaron obstrucción parcial o total en 90 vías de Cundinamarca, con nueve puentes vehiculares afectados en Ubalá, Quetame y Anapoima, 11 puentes peatonales averiados en Gachetá, Anapoima, Quetame y Ubalá y además de siete acueductos en San Antonio de Tequendama, Puerto Salgar, Medina y Ubalá.
De los 116 municipios de Cundinamarca, 48 se vieron afectados: Gachetá, Pacho, Silvania, San Antonio del Tequendama, Fusagasugá, Funza, Villeta, La Palma, Tocancipá, La Mesa, Guachetá, La Peña, Soacha, Anapoima, Pandi, Puerto Salgar, Sasaima, Chaguaní, Vergara, Nilo, Chocontá, Viotá, Vianí, Tena, Tocaima, Subachoque, Une, Útica, Ricaurte, Beltrán, Guataquí, Agua De Dios, Paime, San Francisco, La Vega, Yacopí, Susa, Quetame, Guaduas, Manta, Medina, Nocaima, Girardot, Fómeque, Topaipí, Nariño, Ubalá y Caparrapí.
En total, esta primera temporada lluvias requirió de una inversión económica de $619.447.675, para la entrega de ayudas humanitarias a los afectados y de $24.300.000 en bonos para combustible, como apoyo a las administraciones municipales, para adelantar trabajos de rehabilitación en sus poblaciones.