Una escena indignante ocurrió en la vía Bogotá – Mosquera. Un ciclista encontró una bolsa de basura que se movía a un costado de la carretera, justo antes del puente sobre el río Bogotá. Al abrirla, descubrió cuatro perritos recién nacidos, abandonados como si fueran desperdicio.
El deportista grabó lo sucedido y lo compartió en redes sociales. La denuncia se viralizó y generó repudio en todo el país. “No puedo creerlo. Ver una bolsa moverse y encontrar vida adentro… eso te rompe el alma”, expresó el ciclista.
Los perritos fueron rescatados con vida. Actualmente se encuentran en hogares adoptivos, bajo el cuidado de personas que les brindan amor y atención. Varios defensores de animales pidieron investigar el hecho y castigar al responsable.
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La comunidad exige más campañas de concientización. También solicita controles para evitar que personas insensibles sigan maltratando animales. El abandono no es una opción. Existen canales para entregar animales en adopción de forma responsable.
El caso activó el trabajo de varias fundaciones animalistas. Una de ellas reportó que este tipo de casos se presentan con frecuencia en esa vía. Algunos voluntarios proponen instalar cámaras de vigilancia en los puntos más vulnerables.
El abandono de animales debe castigarse con rigor. No se trata solo de sanciones económicas, sino de crear conciencia ciudadana. Abandonar una vida es un acto cruel. No tiene justificación.
Los perritos están a salvo, pero miles más viven en las calles sin protección. El rescate fue una victoria, pero no es suficiente. Las autoridades deben actuar. La comunidad debe mantenerse vigilante. Y cada ciudadano tiene un papel. Porque los animales también sienten. Y merecen respeto.
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