Durante un encuentro con académicos de diferentes universidades de Boyacá, cumplido en el Convento Hijas de la Iglesia de la ciudad de Tunja, el Ministro de Justicia y del Derecho, Jorge Eduardo Londoño Ulloa, destacó los beneficios que la paz traerá para toda Colombia, pero especialmente para los jóvenes y para el sector rural.
El alto funcionario habló sobre el proceso de paz, la justicia transicional, los acuerdos de La Habana y el plebiscito, y manifestó que decirle no a la guerra se traducirá en beneficios, especialmente para el campo y sus habitantes y para las generaciones de hoy y las venideras, que seguramente, afirmó, tendrán un mejor futuro y mayores oportunidades de trabajo.
“Votar sí en el plebiscito es la única oportunidad que tenemos los colombianos de acabar con las Farc. Ampliar el conflicto armado sería lo más torpe pues continuarían muriendo en el campo de batalla jóvenes hijos de campesinos y obreros. La gente humilde es la que pone los muertos en la guerra. Para decirle no a la paz primero habría que preguntarse: ‘¿Yo mandaría a mi hijo a la guerra?’ No debemos condenar a otros a que envíen los suyos al combate. Por eso hay que decirle sí al plebiscito el 2 de octubre”, señaló el Ministro, quien recordó que con la paz la gente no puede ponerse a esperar una pequeña obra ni un acueducto, pues “esto es algo mucho más grande, que va más allá de Juan Manuel Santos o Álvaro Uribe”.
El titular de la cartera de Justicia reconoció que entender los acuerdos de paz no es fácil, pues son casi 300 páginas muy técnicas, especialmente en lo relacionado con la justicia transicional. “Es diferente a la justicia a la que estamos acostumbrados, en la que la pena es retributiva: la cárcel. En la transicional la pena es restaurativa y tiene que ver con verdad, reparación y promesa de no repetición. Es un concepto que se está desarrollando en cuanto a solución de conflictos armados, y gracias al cual Colombia va a ser ejemplo a nivel mundial”, indicó.
Londoño Ulloa destacó que por primera vez en Colombia un conflicto se vaya a solucionar dialogando y recurriendo a un tipo de justicia especial, y añadió que no es cierto que las Farc no vayan a pagar pena alguna. “Lo que pasa es que van a tener otro tipo de penas. Por ejemplo, desminando. No será fácil para quien condenen a esta labor durante tres años. Muchos preferirían estar en la cárcel que estar minuto a minuto jugándose la vida”, explicó.
El alto funcionario manifestó que a los impulsores del No en el plebiscito les quedan muy pocas mentiras, y que poco a poco estas se han venido desmintiendo. Y se refirió específicamente al tema de los guerrilleros de las Farc que se han llevado a la cárcel de Chiquinquirá. “Aquí se han venido trayendo presos de la guerrilla desde 2005, cuando el presidente era Álvaro Uribe”, recordó.
El Ministro dijo que la actual negociación con las Farc no es entre un vencedor y un vencido, sino entre dos partes que se pusieron de acuerdo para dialogar. “El argumento es muy sencillo: si evitamos una sola muerte, valdrá la pena todo el esfuerzo que podamos hacer”, expresó al señalar que antes que pensar en reunirse con clase política o empresarial de Boyacá para hablar de paz, consideró sentarse primero con quienes dirigen la opinión pública desde las aulas: los docentes, quienes están en la capacidad de aclarar muchas dudas sobre un proceso de paz que tienen que abanderar los jóvenes.
“Muchas generaciones no han visto la paz. Nuestros antepasados fueron irresponsables y nos heredaron una sociedad en guerra que tuvimos que vivir, pero ahora a los jóvenes hay que hablarles sobre el futuro, de lo que implicaría tener un país en paz, de un cambio de mentalidad. Este proceso nos enseña, sobre todo, que podemos construir paz a través del diálogo y la concertación. Por ello esperamos que el 2 de octubre el pueblo colombiano le diga sí al plebiscito, y que seamos muchos porque este proceso necesita un alto grado de legitimidad. Eso es vital”, puntualizó el jefe de la cartera de Justicia.