
En el corazón de la provincia del Tequendama, el municipio de Anolaima volvió a llenarse de vida, color y tradición con la celebración de las fiestas del Corpus Christi, una de las expresiones culturales más representativas del territorio cundinamarqués.
Este año, campesinos, artistas y familias se unieron para levantar 222 arcos elaborados con frutas, verduras, flores y hojas, convirtiendo las calles del municipio en un auténtico museo a cielo abierto. Cada estructura reflejó la gratitud de la comunidad hacia la tierra, el trabajo del campesino y la espiritualidad que inspira esta festividad religiosa.
Los arcos, verdaderas obras de arte, combinaron creatividad, esfuerzo colectivo y respeto por las tradiciones. Manzanas, naranjas, guanábanas, calabazas, plátanos y cientos de especies vegetales formaron parte del impresionante montaje, que miles de visitantes recorrieron con asombro y admiración.
Carlos Alexys González Chacón, alcalde de Anolaima, lideró y promovió esta iniciativa que fortalece la identidad cultural del municipio y visibiliza el talento campesino. Bajo su gestión, la logística, el acompañamiento institucional y la difusión del evento permitieron consolidar esta edición como una de las más memorables.
Cada arco no solo simbolizó una ofrenda a Dios, sino también un acto de resistencia cultural frente al olvido del campo y sus saberes. Niños, jóvenes y adultos participaron con orgullo en una tradición que pasa de generación en generación.
La comunidad recibió con alegría a turistas, medios y delegaciones regionales que reconocieron el valor patrimonial de esta celebración. Anolaima continúa posicionándose como un referente de creatividad rural, fe colectiva y arraigo cultural, haciendo de las fiestas del Corpus Christi un motivo de unión y orgullo.