Este descenso se enmarca en una tendencia general de disminución, con cuatro de ellos mostrando cifras a la baja.
El Sistema Chingaza, fuente esencial para el suministro de agua en Bogotá, reportó una reducción del 0,37% en su nivel de ocupación, quedando en 53,58%, motivo por el que se estudia un racionamiento más estricto en los embalses. Entre estos, de Chuza registró 41,30% con una reducción del 0,16%, y San Rafael, aunque más estable, bajó al 93,54%.
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Sin embargo, no todas son malas noticias. Tres embalses mostraron incrementos en sus niveles. El Agregado Norte lideró esta tendencia con un alza del 0,31%, alcanzando el 57,04%. También se destacaron el embalse del Sisga, con un 73,40% tras un aumento del 0,22%, y el Neusa, que llegó a 81,56% con un leve incremento del 0,09%.
Además, los embalses de Chisacá, Regadera y el Agregado Sur mantuvieron niveles estables, con ocupaciones del 86,64%, 95,38% y 89,72%, respectivamente. Esto da un respiro en medio de la preocupación por los bajos niveles del sistema.
El alcalde de Bogotá, Carlos Fernando Galán, anunció que entre el 15 y el 20 de diciembre se evaluará si es posible flexibilizar las medidas de racionamiento de agua, siempre que el sistema Chingaza supere el 60%.
Aunque se observan signos de recuperación en algunos embalses, la situación sigue siendo delicada. La administración continúa implementando medidas preventivas para garantizar el abastecimiento de agua a toda la población.
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