Catedral de Sal de Zipaquirá: Un viaje al corazón de la minería y la fe

    Este fin de semana, la Catedral de Sal de Zipaquirá recibió más de 5.000 visitantes, consolidándose como uno de los destinos turísticos más emblemáticos de Cundinamarca y de Colombia. Ubicada a 180 metros bajo tierra, esta maravilla arquitectónica es considerada la primera maravilla del país y un ícono de turismo religioso, cultural e histórico.

    La Catedral, construida en el interior de una mina de sal, invita a recorrer un impresionante sistema de túneles y cámaras iluminadas con juegos de luces que resaltan la majestuosidad de las esculturas talladas en sal y mármol. El recorrido incluye el “Vía Crucis” subterráneo, el “Domo de Sal” y la gran nave central, que mide más de 120 metros de largo y puede albergar a más de 3.000 personas.

    Además de su valor religioso, el lugar ofrece experiencias culturales como la proyección de películas en 3D sobre la historia de la minería en Zipaquirá, visitas guiadas en varios idiomas y actividades interactivas para niños. Este mes se inauguró una nueva sala de exposiciones dedicada al “Arte en Sal”, con obras de artistas locales que combinan tradición y modernidad.

    El acceso a la Catedral tiene un valor que oscila entre $66.000 y $99.000, según el tipo de plan, y el recorrido completo dura aproximadamente dos horas. Los visitantes también pueden disfrutar del mirador de la plaza principal, restaurantes típicos, y el tren turístico que conecta Zipaquirá con Bogotá.

    Con una ubicación estratégica y una historia que combina minería ancestral, ingeniería moderna y espiritualidad, la Catedral de Sal sigue siendo un punto de encuentro para turistas nacionales e internacionales. Las autoridades locales esperan que en la temporada alta de agosto y septiembre la afluencia supere los 50.000 visitantes.

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