Un conductor de la escuela de enseñanza MiCoche protagonizó un hecho insólito la madrugada del sábado 22 de marzo en Funza, Cundinamarca. El vehículo de instrucción impactó violentamente contra un camión del Ejército Nacional. Lejos de asumir su error, el hombre intentó huir del lugar, sin imaginar que dentro del vehículo militar viajaban 22 soldados, quienes de inmediato lo retuvieron.

La prueba de alcoholemia practicada por las autoridades confirmó que el conductor estaba bajo los efectos del alcohol. Este resultado generó una oleada de indignación en la comunidad, especialmente porque MiCoche es una empresa reconocida por formar conductores responsables. El episodio contradice por completo los valores que la entidad dice promover y ha puesto en entredicho sus procesos de selección y control interno.
Vecinos de la zona y usuarios en redes sociales han pedido sanciones ejemplares contra el implicado y una respuesta oficial de la escuela de conducción. Aseguran que una entidad que educa a futuros conductores no puede permitirse errores de esta magnitud, que comprometen la seguridad vial de todo el municipio.
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El caso también ha encendido las alarmas sobre la supervisión de las empresas dedicadas a la formación automotriz. ¿Quién vigila el comportamiento de sus empleados fuera del aula? ¿Qué garantías tienen los ciudadanos de que se está formando a conductores verdaderamente responsables?
Por ahora, las autoridades investigan el hecho y evalúan si se presentarán cargos adicionales. La comunidad, mientras tanto, espera una declaración firme de MiCoche y medidas concretas para evitar que una situación tan absurda y peligrosa se repita.
Este incidente en Funza no solo dejó una colisión material, también impactó la credibilidad de una empresa que, paradójicamente, debe enseñar a prevenir accidentes.
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