El departamento sigue avanzando en su compromiso de mejorar la calidad de vida de las familias rurales. A través de un ambicioso programa de intervención al déficit cualitativo de vivienda, ya se han instalado 683 unidades sanitarias en hogares campesinos, beneficiando a comunidades históricamente olvidadas por el desarrollo.
Estas unidades sanitarias permiten que los hogares cuenten con espacios dignos para atender sus necesidades básicas, mejorando significativamente sus condiciones de salubridad. Las autoridades estiman que el 25% de los hogares rurales en Cundinamarca aún carecen de este tipo de infraestructura, lo que evidencia la urgencia de seguir ampliando la cobertura.
Cada módulo incluye ducha, sanitario, lavamanos, un tanque de almacenamiento de 500 litros y un sistema prefabricado para el tratamiento de aguas residuales, mediante pozos sépticos modulares. Esta tecnología ofrece mayor eficiencia constructiva, reduce los tiempos de instalación y se adapta a terrenos complejos. Además, las unidades cuentan con estructuras en concreto, puertas, ventanas y cubiertas metálicas que aseguran ventilación e intimidad.
La gestión de este proyecto está a cargo de las Empresas Públicas de Cundinamarca (EPC), que coordina los recursos, diseños y ejecución en territorio. Bajo su dirección, la iniciativa ha logrado impactar positivamente a cientos de familias que hoy cuentan con condiciones básicas para una vida más saludable.
El objetivo del actual gobierno apunta a instalar por lo menos 4.000 unidades más durante este periodo. Las autoridades departamentales reiteran que dignificar la vida del campesinado no puede seguir siendo una promesa, sino una realidad que se construye con inversión, voluntad y soluciones concretas. En cada unidad sanitaria entregada, Cundinamarca avanza hacia un campo más justo, saludable y con oportunidades reales de bienestar.
