
El futuro del ordenamiento ambiental en la Sabana de Bogotá abrió un intenso debate entre entidades ambientales, gremios de la construcción y autoridades locales. La Corporación Autónoma Regional de Cundinamarca (CAR) celebró un fallo del Tribunal Administrativo que respalda su gestión de protección ambiental, pero al mismo tiempo presentó observaciones al proyecto de resolución que busca actualizar los lineamientos de uso del suelo en la región.
La propuesta amplía la delimitación de humedales, rondas hídricas y zonas de restauración, lo que garantizaría mayor protección de los ecosistemas, pero también reduciría el suelo disponible para el desarrollo urbanístico. Camacol Cundinamarca y Bogotá advirtió que la medida podría frenar proyectos de vivienda en municipios como Soacha, Mosquera, Chía, Zipaquirá y Cajicá, afectando la oferta habitacional y el empleo en el sector.
La CAR insiste en que el crecimiento urbano debe respetar los límites ambientales y garantizar la seguridad hídrica de millones de habitantes. Por su parte, el gremio constructor propone mesas técnicas conjuntas para encontrar un equilibrio entre el desarrollo sostenible y las necesidades de vivienda.
Este debate se perfila como uno de los temas ambientales y sociales más relevantes de Cundinamarca en 2025, donde el reto consiste en armonizar el progreso económico con la conservación del territorio.