El retraso en la apertura de la nueva sede hospitalaria responde a dos factores clave que han dificultado el avance del proyecto en los tiempos previstos.
Por un lado, el traslado de equipos y del personal médico desde la sede anterior continúa en marcha. Varias áreas aún no están completamente listas, lo que impide garantizar una operación adecuada desde el primer día. Los equipos técnicos trabajan para dejar cada espacio en condiciones óptimas antes de recibir a los usuarios.
Además, una falla de conectividad en el sector ha frenado la instalación total del servicio de internet. Esta conexión es esencial para el funcionamiento de los sistemas asistenciales, administrativos y de soporte, por lo que no puede ponerse en marcha la sede sin este componente.
La Gobernación de Cundinamarca, como ente responsable del proyecto, coordina acciones con la gerencia del hospital para resolver estas contingencias y habilitar la nueva sede lo antes posible. Ambas entidades realizan acompañamiento permanente para acelerar cada uno de los procesos pendientes.
Mientras se culminan estos ajustes, los servicios de urgencias, consulta externa y demás atenciones en salud continúan operando con normalidad en la sede actual del barrio Santa Matilde. Los usuarios reciben atención sin afectaciones, mientras avanza la transición hacia las nuevas instalaciones.
Las autoridades esperan poner en funcionamiento el nuevo hospital antes de que finalice noviembre, siempre que se superen las dificultades técnicas que hoy retrasan la apertura.
