Por fin se reportó un leve aumento en la región, aunque no en el que suministra a la capital
Después de semanas de sequía en Bogotá, las lluvias entre el 28 y el 30 de septiembre han ofrecido un leve respiro al suministro de agua en los embalses, aunque el balance general, según la Corporación Autónoma Regional de Cundinamarca (CAR), sigue siendo preocupante, especialmente en el Sistema Chingaza, clave para abastecer a Bogotá.
El Sistema Chingaza, que estaba en niveles críticos, experimentó un incremento del 0,240% el 30 de septiembre y otro 0,340% el 1 de octubre, pasando de 44,21% a 44,33%. A pesar de la mejoría, el nivel sigue por debajo del 50%, lo que genera preocupación.
Otros embalses en Cundinamarca, como Chisacá, La Regadera y el Agregado Sur, también mostraron aumentos, alcanzando niveles superiores al 90%. Sin embargo, el embalse Sisga y el Agregado Norte registraron leves disminuciones, lo que mantiene en alerta a las autoridades.
Neusa y Tominé no presentaron cambios, manteniéndose en 75,04% y 49,66% respectivamente. Estos embalses son vitales para la región, pero su capacidad aún es limitada.
Ante este panorama, el Acueducto de Bogotá reitera la importancia de un uso racional del agua, con recomendaciones como duchas cortas y evitar lavar autos, para contribuir al ahorro de este recurso esencial, ya que es crucial hacer un balance de las lluvias en los embalses.