La crisis del agua en Bogotá y Cundinamarca parece haber llegado a su fin. Luego de un año de restricciones, el alcalde Carlos Fernando Galán anunció el levantamiento oficial del racionamiento. La medida se aplicó durante los últimos 12 meses como respuesta a la intensa sequía generada por el fenómeno de El Niño en 2024.

El sistema Chingaza, principal fuente de abastecimiento para Bogotá, Soacha, Funza, Mosquera y otros municipios aledaños, registró niveles críticos. En respuesta, la Empresa de Acueducto y Alcantarillado implementó esquemas de corte programado y campañas de ahorro.
Durante este periodo, ciudadanos reportaron múltiples afectaciones. Los cambios de presión provocaron rupturas en tuberías, daños en lavadoras y problemas con baños y griferías. El malestar creció cuando se anunció la posible extensión del racionamiento pese al regreso de las lluvias.
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Ante la presión ciudadana y los recientes reportes de recuperación del sistema, Galán afirmó: “Se cumplió un año del inicio del esquema de racionamiento. A partir de ahora, damos por terminada esta etapa y avanzamos hacia una nueva fase”.
El alcalde agradeció a los bogotanos por su compromiso. Según sus declaraciones, la ciudad logró ahorrar más de 46 millones de metros cúbicos de agua. Este logro fue posible gracias a los cortes y a un cambio positivo en el comportamiento de consumo.
El Distrito continuará monitoreando el sistema hídrico y tomará nuevas medidas para garantizar un uso responsable del recurso. El sistema Chingaza se encuentra por encima de los niveles registrados en años como 2024, 2019 e incluso cerca de los de 2007.
Este anuncio representa un alivio para millones de hogares. La ciudad ahora entra en una nueva etapa, donde el reto será mantener hábitos sostenibles y evitar futuras emergencias. El agua volvió, pero la responsabilidad sigue.
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