Los efectos de la sequía se ha visto evidenciada en los ríos con caudales reducidos e incendios forestales
Bogotá enfrenta un nuevo racionamiento de agua diario, lo cual preocupa a Gustavo Petro, debido a los bajos niveles del embalse de Chingaza, que abastece a la capital y a algunos lugares de Cundinamarca. Esta situación no solo afecta a la ciudad, sino que se extiende a varias localidades y países de Latinoamérica.
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Las autoridades de Bogotá, lideradas por el alcalde Carlos Fernando Galán, continúan evaluando alternativas para mitigar la crisis. Una de las opciones es la explotación de agua subterránea en la región, en un esfuerzo por diversificar las fuentes de abastecimiento. “Estamos estudiando esta alternativa, además de otras que ya hemos compartido”, afirmó Galán.
En un giro a la situación, el presidente Gustavo Petro propuso a través de su cuenta de X declarar «situación de desastre» en Bogotá y Cundinamarca. Esto permitiría la movilización de presupuestos para iniciar sistemas de recolección de aguas lluvias para usos no potables, ante la inminente llegada de una nueva temporada de sequía en enero.
La gerente del Acueducto, Natalia Avendaño, advirtió que, aunque las restricciones se han espaciado, es vital mantener un compromiso colectivo con el ahorro de agua. “El cuidado del agua es una corresponsabilidad de todos los ciudadanos”, destacó, enfatizando que las lluvias que se esperaban no han llegado.
Con agosto siendo el mes más seco en 55 años y menos del 20 % del promedio histórico de lluvias en septiembre, la situación es crítica. Las autoridades hacen un llamado a la ciudadanía para adoptar medidas de ahorro, ya que los meses siguientes suelen ser los más secos del año en Bogotá.
