
La Vía al Llano, principal corredor vial que conecta Bogotá con Villavicencio y los Llanos Orientales, completa más de 18 días cerrada tras el deslizamiento ocurrido en el kilómetro 18, en el sector de Chipaque, Cundinamarca. El derrumbe afectó una zona que ya había sido reportada como crítica por su alta inestabilidad geológica.
El cierre ha dejado a miles de transportadores, comerciantes y familias incomunicadas, obligando a usar rutas alternas que incrementan hasta en cinco horas los trayectos habituales y elevan los costos del transporte. El impacto económico es notable: las pérdidas para el sector turístico y de carga se calculan en miles de millones de pesos, especialmente para quienes dependen del abastecimiento de productos agrícolas y ganaderos.
Ante la presión ciudadana, el Gobierno Nacional anunció un plan de contingencia para habilitar de forma parcial la antigua vía entre el K18+340 y el K19+980. El plan se desarrollará por fases: primero permitirá el paso de vehículos livianos y retenidos, luego transporte público y carga pesada de hasta 52 toneladas, hasta llegar gradualmente a la reapertura normal. No obstante, autoridades locales y empresarios reclaman una inversión más rápida y sostenible para garantizar la seguridad en este corredor, considerado la “arteria económica del oriente del país”.