Zipaquirá se consolida como uno de los destinos más emblemáticos de Cundinamarca gracias a la Catedral de Sal, una obra arquitectónica única en el mundo que atrae a miles de turistas nacionales e internacionales.
Ubicada a 180 metros bajo tierra, esta maravilla combina ingeniería, arte y espiritualidad. Los visitantes recorren sus túneles iluminados, descubren esculturas talladas en sal y viven una experiencia que mezcla cultura y misticismo. La Catedral, además de ser un centro religioso, funciona como escenario de eventos culturales, conciertos y exposiciones que enriquecen la oferta turística de la región.
La administración municipal de Zipaquirá impulsa nuevas estrategias para mejorar el acceso al complejo y fortalecer los servicios turísticos. Hoteles, restaurantes y guías especializados trabajan de manera coordinada para garantizar una experiencia completa.
“Queremos que cada visitante viva la historia y la magia que ofrece Zipaquirá”, señaló la oficina de turismo del municipio.
Además del recorrido subterráneo, los turistas pueden disfrutar del centro histórico de Zipaquirá, que conserva calles empedradas, arquitectura colonial y una variada gastronomía local. La plaza principal y sus alrededores invitan a caminar y descubrir la riqueza cultural del municipio.
Con estas iniciativas, Zipaquirá reafirma su posición como un destino imperdible de Cundinamarca y una parada obligatoria para quienes buscan experiencias inolvidables.
