Se acabó la excusa de “soy de Millonarios”, “me gusta Santa Fe” o “le voy a Nacional”. Si usted vive en Cundinamarca, ya no tiene salida: le toca ponerse la camiseta del Real Cundinamarca, el equipo que se juega nada menos que la final contra Cúcuta Deportivo para buscar el tan soñado ascenso a la Primera A.
Lo que antes era tema de conversación lejana –pelear por la A viendo a otros clubes– hoy es una realidad propia. Cundinamarca, tierra de ciclistas, campesinos y deportistas, ahora también tiene un proyecto futbolero que se metió en la pelea grande y está a 180 minutos de dar el salto histórico.
Por eso, el discurso cambió: ya no basta con ser “medio hincha” de Santa Fe, Millos o Nacional. Hoy el llamado es claro: los cundinamarqueses tienen equipo propio que defender, escudo propio que sentir y una final que puede cambiar la historia del fútbol en el departamento.
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El rival no es cualquiera: Cúcuta Deportivo, un histórico del FPC, con hinchada masiva y tradición en finales. Pero justamente ahí está la magia: Real Cundinamarca llega como el proyecto nuevo que se ha ganado el respeto en la cancha, paso a paso, hasta meterse en la conversación grande del ascenso.
Un nuevo amor
Desde los municipios de la Sabana hasta el último rincón del departamento, la invitación es a dejar por un rato la discusión de siempre –¿quién es más grande, Millonarios, Santa Fe o Nacional?– y concentrarse en algo que sí los une: que Cundinamarca tenga su propio representante en la A.
Porque si este equipo asciende, cada gol, cada punto y cada visita a los grandes estadios del país llevará el nombre del departamento. Y en ese momento, no habrá pretexto: o se es de Real Cundinamarca… o se es cundinamarqués a medias.
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