Esto era entregado a centros carcelarios, plazas de mercado y establecimientos de comercio.
Las autoridades colombianas dieron un duro golpe ante una red criminal que traficaba carne de animales sacrificados clandestinamente. Los procesos se hacían en condiciones deplorables y se daba a la comercialización en varios puntos del país.
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La operación conjunta entre la Fiscalía General de la Nación y la Dirección de Carabineros de la Policía Nacional logró desmantelar una estructura criminal que operaba entre la vereda Sasa de Chiquinquirá, Boyacá y algunas regiones de Cundinamarca. Esta organización se dedicaba a sacrificar reses, caballos y asnos en condiciones insalubres, sin los permisos legales requeridos y utilizando animales enfermos.
Por un lado, la carne obtenida de estos sacrificios clandestinos se procesaba y empacaba en condiciones precarias, sin cumplir con los estándares de salubridad y seguridad alimentaria. Posteriormente, esta se distribuía a bodegas en Cota y Bogotá, desde donde se comercializaba a proveedores del Plan de Alimentación Escolar, entre otras.
Además, la investigación permitió establecer que la actividad de esta red criminal generaba graves afectaciones al medio ambiente, debido al vertimiento de residuos y desechos en fuentes hídricas y suelos. También, el Instituto Nacional de Vigilancia de Medicamentos y Alimentos confirmó que la carne comercializada era insalubre y no apta para el consumo humano.
Finalmente, durante los operativos, las autoridades capturaron a ocho presuntos integrantes de esta red criminal. A ellos se le acusaron de concierto para delinquir, maltrato a animales, los cuales eran sacrificados, contaminación ambiental y corrupción de alimentos.
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