La panadería Las Margaritas atraviesa una crisis que golpea tanto su estabilidad financiera como su reputación. El caso inició cuando desconocidos intentaron ingresar a la oficina administrativa de la panadería. Aunque no lograron entrar, sí se llevaron dos celulares corporativos con información clave: los contactos de más de 5.000 clientes. Desde ese momento, los delincuentes usaron las cuentas de WhatsApp del negocio para suplantar a empleados y captar pedidos ficticios.
Los estafadores extendieron de manera fraudulenta la atención a “24 horas”, recibieron transferencias por domicilios y desaparecieron sin entregar los productos. El propio dueño reveló que más de 50 personas en un solo día reclamaron su dinero, víctimas de la falsa operación.
La situación escaló cuando los delincuentes aplicaron métodos más sofisticados. Según relató la propietaria, lograron acceder directamente a cuentas bancarias y billeteras digitales de los clientes. Algunos reportaron pérdidas de hasta 5 millones de pesos por persona, lo que amplificó el impacto del delito y dejó en shock a la comunidad.
Los propietarios denunciaron los hechos y pidieron ayuda a las autoridades. Sin embargo, la Policía explicó que las capacidades para combatir crímenes cibernéticos en Colombia siguen siendo limitadas, lo que aumenta la incertidumbre de empresarios y ciudadanos afectados.
Hoy, Delicias Margarita enfrenta el reto de reconstruir la confianza de sus clientes mientras busca justicia frente a un delito que no solo quebranta su economía, sino que pone en evidencia la vulnerabilidad de pequeños negocios ante la delincuencia digital.
